
Para comenzar esta pequeña publicación relacionada con el tema de Educación y Corrupción, comencemos con definir qué es la educación y la corrupción, pues como hablar de ellos sin tener claro el concepto. La educación es un proceso de socialización entre individuos, este proceso consta que una persona asimile y aprenda conocimientos, también implica una concienciación cultural. Mientras que la corrupción es el mal uso del poder para conseguir una ventaja ilegítima.
En nuestro país es común escuchar que el sistema educativo es pésimo, que los profesores no cumplen con sus labores, que directores cobran de más, etc. Y nos preguntamos ¿Cuánto de esto es cierto?, según informes de la Defensoría del pueblo se reciben más 30 mil reclamos anuales solo en lo que respecta a educación y se han encontrado ineficiencias en los mecanismos de sanción e irregularidades. Y son solo 30 mil reclamos denunciados, no estamos contando los que no se denuncian por temor, chantaje o vergüenza. Esta información nos hace reflexionar sobre a donde están yendo nuestros hijos a estudiar, sobre en donde queremos enseñar y también en qué situación se encuentra el sistema educativo nacional.
El gobierno en los años pasados ha implantado un programa piloto denominado “Educación sin corrupción”, en el cual se ofrece un espacio seguro, confiable y objetivo donde la población puede presentar sus denuncias y poner en evidencia los principales focos de corrupción. Este programa también buscaba difundir nuestros derechos a través de los medios de comunicación masiva. Pero aparentemente este programa solo quedó en un simple piloto condenado a expirar. Si analizamos con profundidad este problema de corrupción descubriríamos que este se inicia en si en la misma educación. Pues este problema no deja de ser de carácter formativo y ético. Pues la mala formación que llevaron estas personas y la carencia de valores hacen que ellos caigan en el juego de la corrupción. Por otro lado la formación no es la única causa pues en el caso de cobros indebidos, la causa podría ser la necesidad económica en la que se encuentra dicha persona. A estas dos posibles causas se les puede encontrar una solución muy sencilla pero ardua de lograr.
Es importante que el gobierno se encargue de manera infinitiva de la fomentación de valores y esto no es solo labor del gobierno es importante que este compromiso sea por parte de todos nosotros. Con respecto a los cobros indebidos es necesario esclarecer y mejorar cuales son las sanciones que se les darán a los docentes en caso de corrupción, pues estas generalmente no pasan de un simple traslado o cambio de área. También es necesario modificar la conformación de las comisiones de procesos administrativos pues más del 50 por ciento de los que lo integran son docentes y esto no garantiza la imparcialidad en las investigaciones. Todo esto debe ser impulsado en un esfuerzo en conjunto de todo el sector educativo, estudiantes, padres de familia, la sociedad y de todas las instituciones que se involucren en el proceso de la educación. Para que así se combata la impunidad frente a los actos de corrupción, que no solo genera una profunda desconfianza ciudadana sino que también afecta la calidad educativa.
Una educación llena de corrupción no sólo no educa, sino que enseña a vivir con normalidad en ella. El único ejemplo que está logrando nuestro gobierno al no combatirla con perseverancia es llevar el mensaje de que la corrupción no es una problema y que no afecta a la sociedad y ni a los futuros ciudadanos.
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